Ópera

MEDEA
LUIGI CHERUBINI
La inmolación de Medea en el templo abrasada por la furia vengadora de las llamas constituye uno de los momentos más sobrecogedores y visionarios de la historia de la ópera. Así lo reconoció Wagner —admirador confeso de esta obra— al replicarla al cierre de su monumental Ocaso de los dioses, y así lo reconoció también Maria Callas, quien con su inigualable talento dramático convirtió este casi olvidado título en uno de los más personales jalones de su carrera.
El genio de Cherubini reinó en la Francia republicana de la década de 1790 y produjo una honda impresión en el joven Beethoven, aunque, con el cambio de siglo, su nombre se retrajo frente a los de Spontini y Rossini, y se ganó la fama de autor malhumorado y conservador. Noble y majestuosa como una escultura de Canova o un fresco de David, pero internamente sacudida por la arrolladora personalidad de su protagonista, la ópera Medée ofrece insospechadas posibilidades de desarrollo escénico y dramático acorde con «los desvaríos armónicos, las transiciones bárbaras y el cromatismo exagerado » que —de acuerdo con un temprano crítico de la obra— atesora su partitura.
Tragédie lyrique
Música de Luigi Cherubini (1760-1842)
Libreto de François-Benoît Hoffmann (1760-1828), basado en la tragedia (431 a. C.) de Eurípides
Edición crítica de Heiko Cullmann a partir de la edición original francesa, con recitativos cantados a cargo de Alan Curtis
Estrenada en el Théâtre Feydeau de París el 13 de marzo de 1797
Estreno en el Teatro Real
Nueva producción del Teatro Real, en coproducción con el Abu Dhabi Festival
Coro y Orquesta titulares del Teatro Real
(Coro Intermezzo / Orquesta Sinfónica de Madrid)
Texto y Foto © Teatro Real