El ciclo de conciertos de este año parece uno más y sin embargo, para nosotros, es muy especial: no todos los días se cumplen 120 años. La Sinfónica de Madrid lleva todo ese tiempo acudiendo encantada a su cita con el público. Y no hay mejor síntoma de buena salud cultural que el mantener las buenas tradiciones como si tal cosa.
Vamos a empezar, en el mes de septiembre con una convocatoria que reúne el pasado y el futuro de la OSM. Gustavo Gimeno, que va a ser el próximo Director Musical del Teatro Real, hace un repaso a la historia de nuestra orquesta con alguno de los hitos insoslayables. Obras que la Sinfónica se encargó de presentar por primera vez en España, o en el mundo, como es el caso del Segundo Concierto para violín de Prokofiev.
Presente y futuro se vuelven a dar la mano en la programación: los directores Ivor Bolton y, de nuevo, Gustavo Gimeno se pasan metafóricamente el testigo (la batuta) al frente de la Sinfónica, cada uno con un programa de enorme solidez.
Por supuesto volvemos a dar cabida en el ciclo a nuestros propios solistas y directores con obras de enorme atractivo, que además se apartan del repertorio más habitual. Es un orgullo contar con tanto talento en nuestras propias filas.
Una última referencia, en este caso extra musical. Para la Sinfónica es un orgullo sumarse a las celebraciones de la figura de Santiago Ramón y Cajal, que empezaron en 2022 y finalizarán en 2025, dedicadas a la conmemoración de la personalidad científica más importante de la historia de España. Vamos a unir ciencia y música a través de sus contemporáneos compositores y de sus colegas en la ciencia que también hicieron música.
Es evidente que nada de todo esto sería posible sin las instituciones que nos apoyan empezando por la Fundación BBVA, Occident y el Teatro Real. Y, como no, rendir tributo a la base en la que todo se sustenta: la fidelidad de nuestros abonados.
Para todos nuestro mayor agradecimiento.
La OSM