Una de las paradojas de la OSM, no es la única, ni la más importante, es ser madura y joven al mismo tiempo. Es algo que nos viene ocurriendo desde el mismo momento de nuestra fundación. En aquella primera reunión de diciembre de 1903, celebrada en uno de los salones del Teatro Real, en la que, entre otras cosas, se decidió que el nuevo conjunto se llamaría Orquesta Sinfónica de Madrid, los participantes aglutinaban la veteranía de los profesores de la antigua Orquesta de la Sociedad de Conciertos con la bisoñez de los alumnos del Conservatorio.
Y así, hundiendo nuestras raíces en la primera orquesta que se creó en España, echamos a andar por un camino que no siempre ha sido de rosas, pero que nos ha traído, CIENTO VEINTE AÑOS después, hasta el momento actual. Dulce momento en el que podemos celebrar nuestro aniversario desde la satisfacción de ser una orquesta excelente. Lo reconocen los premios y las críticas, pero, sobre todo, lo que para nosotros es lo más importante, lo ratifican a diarios sus aplausos. Y con toda esa pila de años a nuestras espaldas y con todo el trecho recorrido parece como si no nos hubiéramos movido: la OSM de 2023 sigue siendo la feliz combinación de la experiencia de los mayores con el impulso de los más jóvenes.
La celebración de nuestro aniversario se va a centrar, como no podía ser de otra manera, en tocar más y mejor. Nuestras fiestas siempre han consistido en hacer feliz al público. En cada una de las citas del próximo año tendremos ocasión de hacer un poco de memoria de estos 120 años y buscaremos la fórmula para premiar la fidelidad de nuestros abonados.
También vamos a organizar un merecido y necesario homenaje al Maestro Enrique Fernández Arbós, que sentó las bases de lo que hoy somos en las primeras tres décadas de la historia de la OSM. Tenemos el deber moral de recordar y realzar su figura. Vamos a estar de fiesta todo un año. Nada nos alegraría más que tenerles a ustedes como invitados.
La OSM